El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha lanzado duras acusaciones contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuestionando la limpieza de las primarias socialistas de 2017 y sugiriendo que podría actuar de forma similar en unas elecciones generales.
Feijóo calificó de «sospechoso» que quienes acompañaron a Sánchez en su regreso al liderazgo del PSOE, tras aquellas primarias, sean ahora candidatos a ocupar asientos en el Tribunal Supremo. «Está acreditado que les gusta el fraude y que lo han cometido. Si uno ha robado una joyería, ¿por qué no puede robar un banco?», ironizó.
El líder popular retoma así la tesis esbozada en su día por José María Aznar: «Cuando uno es capaz de adulterar unas elecciones internas en su partido, ¿por qué no va a ser capaz de adulterar unas generales?». En este sentido, Feijóo ha pedido a la Junta Electoral Central un refuerzo de las garantías en la custodia del voto por correo, deslizando su preocupación por la fiabilidad del sistema.
Desde el Gobierno y el PSOE han calificado estas declaraciones como un «delirio». El ministro Óscar Puente replicó con dureza: «Esto es gravísimo. Según Suárez [en referencia a Feijóo], hemos hackeado las elecciones. ¿Está diciendo que el relato desde el 23 de julio no es real? ¿Que no hemos ganado las elecciones?».
La tensión política se ve además amplificada por la investigación judicial en marcha sobre una presunta trama de corrupción vinculada al exministro José Luis Ábalos, su exasesor Koldo García y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
Desde las filas socialistas intentan desvincular el caso del Gobierno y centrar las responsabilidades en los implicados directos. “Por culpa de estos sinvergüenzas, el trabajo de un gobierno honesto y limpio no puede quedar empañado”, señalan fuentes del partido. Además, destacan la rapidez de su actuación: “Cambiamos la contraseña del correo de Santos Cerdán tras conocerse el informe de la UCO para evitar el borrado de pruebas. Es justo lo contrario de lo que hizo el PP con los ordenadores de Bárcenas, que se formatearon 35 veces”.
